Ya sabemos que el huevo es un alimento muy valioso desde el punto de vista nutricional, nos aporta nutrientes, energía y proteínas, así como ácidos grasos insaturados y baja cantidad de ácidos grasos saturados. También todas las vitaminas (excepto la C), los minerales esenciales para el organismo y otros compuestos fisiológicamente activos con efectos positivos para la salud, es por lo tanto un alimento funcional en la prevención de enfermedades crónico-degenerativas.
Además hay que recordar que los huevos pueden enriquecerse con antioxidantes si se añaden estos a la alimentación de las gallinas.
EL PAPEL DE LA LUTEÍNA Y DE LA ZEAXANTINA EN LA SALUD OCULAR
La luteína y la zeaxantina son pigmentos carotenoides que carecen de actividad vitamínica A y que se encuentran en diversos alimentos, principalmente de origen vegetal. El huevo es el único alimento de origen animal que contiene luteína y zeaxantina, lo que le proporciona ese característico color amarillo anaranjado a la yema. Aunque el contenido de estos carotenoides del huevo depende de la alimentación que reciban las gallinas y, en general, es menor que el de las fuentes vegetales, su biodisponibilidad es superior debido a que se encuentran en la matriz lipídica de la yema.
Se ha demostrado que la luteína y la zeaxantina tienen una importante actividad antioxidante, con efectos positivos, entre otros, sobre la salud ocular. Estos carotenoides se localizan en la retina y el cristalino del ojo, protegiéndoles del daño oxidativo inducido por la luz UV, evitando la peroxidación lipídica, disminuyendo la respuesta inflamatoria y filtrando la luz azul. De hecho, diversos estudios han demostrado que la acumulación de estos carotenoides en la retina previene la degeneración macular asociada a la edad (DMAE).
En este sentido, algunos estudios han encontrado una asociación entre el consumo de huevos y las cifras séricas de luteína y entre la zeaxantina y la salud ocular.Por otro lado, se ha comprobado que la ingesta de luteína y zeaxantina procedente de los alimentos es más efectiva que la que se realiza a partir de suplementos, ya que incrementa la densidad óptica del pigmento macular en mayor medida. Además, cuando las personas afectadas por DMAE aumentan el consumo de alimentos ricos en estos carotenoides, los beneficios que se obtienen son mayores y más duraderos que cuando se toman a partir de suplementos. De acuerdo con la información existente, para que estos carotenoides tengan un efecto favorable sobre la visión y asegurar una adecuada biodisponibilidad en la mácula, lo deseable es mantener una concentración sérica de luteína de 0,6-1,05 µmol/L, lo que podría conseguirse a través de una ingesta media de 6 mg/día de luteína. En este sentido, un huevo mediano contribuye en un 13,1% a la ingesta de este carotenoide.
Fuente: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0212-16112018001200009